Capitulo 2: El Viaje

lunes, 9 de julio de 2007

Se decía en un pasado que solo un tonto se atrevería a vagar solo por los bosques cercanos a Redria, sus peligrosas criaturas y terrenos complicados lo hacían un reto para cualquier aventurero, mas sin embargo una pequeña niña con tan solo su valentía y su arco partiría en búsqueda de experiencia de batalla y supervivencia, el viaje había empezado muy bien, el día no estaba tan soleado lo que lo haría un buen día para caminar sin recibir quemaduras del sol, un buen día fresco por el bosque Blackwood, situado al norte de la ciudad y llamado así por la madera tan oscura como el ébano en sus grandes árboles. Después de caminar unas cuantas horas por el bosque Ery pensó en un plan para conseguir algo de comida para después, ya que la pieza de pan no era suficiente para saciar su hambre, tomó una de sus flechas y fue a buscar alguna presa pequeña y que no fuera tan peligrosa, busco entre ramas y arbustos, en la copa de los árboles, pero ni siquiera las aves pasaban por el lugar donde se encontraba… a ella se le hizo extraño el no ver ninguna criatura cerca, decidió aventurarse más en el bosque para poder encontrar algo.

De pronto sus ojos mostraron alivio al ver un pequeño conejo comiendo cerca de unos pastizales, parecía un lugar tranquilo en el cual ninguna criatura sería molestada por el ser humano, de forma rápida preparó su flecha y con cuidado jaló la cuerda, asegurándose de no hacer mucho ruido para no asustar a la criatura, después apuntó a la zona de la cabeza para que el pobre animal no sufriera al ser perforado por esta, estaba a punto de disparar cuando se escucho un ruido a lo lejos…

Se escucho el rugido de una criatura demasiado peligrosa, el conejo huyó asustado, pero solo era el principio de los problemas de la joven arquera, preparó su tiro para cualquier cosa o criatura que se acercara mas de veinte metros de ella, el sonido seguía fuerte, pronto se escucharon pasos cada vez mas fuertes, el frondoso bosque no dejaba ver mas haya de sus árboles y ramas, perecía que lo que fuese, atacaría desde atrás esperando que su victima estuviera en desventaja…

Pronto como inicio, se fue el sonido que hacia que el corazón de Ery empezara a latir de una forma mas apresurada y punzante, solo se escuchaba como el viento ligero golpeaba las hojas de los árboles…

De pronto algo saltó de lo matorrales cercanos hacia ella, rápido apuntó hacia la criatura que la atacaba, soltó la cuerda en una perfecta suelta, la flecha voló veloz y precisa, pronto se escuchó un grito de dolor y tocó el suelo aun en pié, al verlo se dio cuanta que era un Urzak, un pariente cercano de los osos, solo que estas bestias no se comparaban en fuerza ni en tamaño, su piel tan dura y lanuda se utilizaba para hacer gruesas armaduras para grandes héroes, ¿porque una criatura como esta estaría tan cerca de Redria?. La criatura velozmente trató de atacar a Ery, quien no esperaba utilizar otra flecha mas, evadió con velocidad el ataque de sus poderosas garras capaces de reducir un grueso tronco en aserrín, tomó otra flecha y la disparó directamente en la cabeza de la bestia, otro feroz gruñido salió de las entrañas de este coloso.

Parecería que sería difícil deshacerse del furioso animal con tan solo flechas de punta de acero, así que pensó mientras esquivaba los demás golpes del animal que otra flecha podía utilizar, las flechas de ámbar no eran una buena opción ya que con su fuego tan poderoso podría incendiar el bosque, tampoco las de esmeralda, ya que eran costosas y su viento no afectaría a una criatura tan pesada, de pronto se acordó de las flechas de cristal que uso contra su adversario, pudieron no funcionar anteriormente pero ahora con un enemigo tan torpe, no sería capaz de desviarla, tomó una flecha puso el talón en la cuerda y empezó a activar su elemento.

- Invierno, señor del hielo y la nieve, cristaliza el mal en tus manos. ¡Flecha de hielo!

La poderosa flecha voló golpeando en la cabeza de su enemigo, no se escucho ni un quejido ya que tan rápido como golpeó, una gruesa capa de hielo cubrió el cuerpo de su enemigo dejándolo como una estatua en medio del bosque.

Ery sintiéndose aliviada se sentó a respirar mejor el aire que le faltaba por la batalla, trató de tranquilizarse unos momentos y sintió grandeza por su primera victoria en una batalla real y no fingida como las de la escuela, se levantó despacio y sin prisa para seguir en su camino… de pronto, el hielo se escuchó romperse, ella se asustó al voltear como pequeñas roturas se deslizaban por el hielo que apresaba al urzak, la acción fue muy rápida, se liberó y trato de atacarla en el mismo instante, que no le dio tiempo de reaccionar al ataque. Nuevamente paso por su mente la idea de que sus habilidades no eran las correctas para estar en una aventura como esta, sus padres tenían razón y no debieron dejarla ir, ahora su cuerpo mutilado sería hallado en el bosque, a tan solo medio camino de la ciudad, ella hasta se sintió avergonzada por pensar en ello. Cerró sus ojos y esperó el ataque, de pronto se escuchó un grito de la bestia, ella abrió los ojos y observó como la grande criatura se había quedado a tan pocos centímetros de su cuerpo, inmóvil y sufriendo de dolor, la bestia callo partida en dos revelando al responsable de haberle salvado la vida…

“BlackCat” aseguro Ery al ver la misma persona encapuchada de la otra vez, este guardó su espada y se puso a observarla poniéndose en pie.

-¿Porque alguien como tu me a salvado?- preguntó algo extrañada

- ¿Por qué?, ¡contesta!- ahora un poco mas enfadada

La mirada del hombre se dirigió hacia la joven quien estaba aun respirando de manera acelerada diciéndole

- ¿Qué haces en este bosque tu sola niña?- esta no supo que contestar

- ¿Porque me sigues?, he estado observándote, acaso… ¿quieres llevarme a la justicia?

- ¡Te seguí porque quiero hacerme mas o igual de fuerte que tu, nadie en Redria podía vencerme y eres el único que a podido hacerlo, por eso te considero un rival!- contestó ella en un tono poco cortés

De pronto todo quedo en un silencio pequeño.

- ¿Y acaso deseas seguirme por siempre?

Ahora la respuesta de Ery fue imponente

- ¡Si!... Al menos hasta que supere mis habilidades actuales.

- “Puedes acompañarme si lo deseas pero no me haré cargo de ti, ¿escuchaste?

BlackCat respondió como si no le importara pero aun así ella cambió de rostro a uno de satisfacción que siguió con una respuesta afirmativa moviendo la cabeza. Ella se repuso y siguió por detrás al encapuchado, mientras caminaban por un sendero la joven empezó a preguntar

– Ahora que estamos juntos, ¿podrías darme tu nombre verdadero?…

Durante el camino después de un rato, Ery no dejó de preguntar cosas al hombre conocido como BlackCat, solo que todas quedaban sin respuesta, ya que este no parecía animado de querer contestarle, el camino cada vez se hacia mas difícil y empezaba a hacer hambre, pero parecía que nada detenía de caminar a este hombre…

- ¿oye porque no me contestas?, ¿acaso no te gusta hablar?, o bueno al menos ¿podemos detenernos a comer algo? Tengo hambre, desde hace rato y ya me comí la pieza de pan que llevaba conmigo.

BlackCat se detuvo y solo dijo

-Espera aquí…

la joven no tuvo más remedio que esperar y se sentó a ver el paisaje, el cual no daba mucho por ver claro estaba, solo se veía el frondoso bosque el cual no tenía un fin a la vista humana… ella empezó a desesperarse y hasta pensó que era una técnica para abandonarla en medio de la nada, en eso Ery se levantó y trato de buscarlo, pero no dio mas de tres pasos cuando este reapareció trayendo un jabalí salvaje que acababa de cazar cargándolo con la mano derecha sobre su hombro y en la izquierda algo de maderos secos para hacer una fogata, era sorprendente ver como alguien tenía tanta fuerza teniendo una complexión no musculosa, y al mismo tiempo, el ver como había logrado traer todos los preparativos de una manera tan rápida y eficiente. Ery ayudó a poner los maderos lejos de hojas y ramas secas para evitar incendios, y con ayuda de una de sus flechas de ámbar se dispuso a intentar hacer arder la fogata, solo bastó un pedazo de la punta de la flecha para que su tarea fuera completada.

–El fuego esta listo- dijo ella con una sonrisa

Mientras el extraño cortaba la carne en pedazos con su espada, parecía que tenía ya experiencia en ello ya que separaba con gran habilidad la mejor carne de la mas gruesa y dura, incluso quitaba el hueso con la misma eficacia, utilizó otras ramas largas y resistentes para poner la carne al fuego. Pasó tiempo para que la carne dejara de estar cruda y llegara a un punto en el cual fuera comestible y agradable al paladar.

Mientras su cena se preparaba, Ery trató de ver mejor el hombre que se ocultaba tras unas ropas viejas, cubrían gran parte de su cuerpo, la única parte que dejaba a la vista era su brazo izquierdo el cual estaba gastado de la tela vieja dejando ver una manga de color gris mucho menos corriente que la anterior, la manga era larga la cual llegaba hasta su guantelete de cuero negro, también podía observarse sus botas del mismo material, desgastadas y sucias por el uso; finalmente de su capucha solo salían unos cuantos mechones, eran de un color café cenizo, se veía que no era una persona de mal aspecto, pero ¿Por qué alguien tendría que ocultarse tras esos harapos sin tener una buena razón?... ella no era de las que se quedarían sin descubrirlo ya que era muy curiosa.

- Oye eres un poco raro, ¿porque no contestas a lo que te digo?, ¿porque te ocultas tras esos harapos?, ¿Qué acaso eres tan feo?- preguntó la inocente joven con una sonrisa burlona…

Paso un rato y no se escucho una respuesta, de pronto se escucharon unas palabras que venían del hombre después de reflexionar su respuesta.

- ¿Porque te interesas por mi?, nadie se había acercado a mi tanto

Este no dejaba de fruncir el ceño a pesar de la cara dulce que emitía la pequeña, no fue en un tono muy cortes pero fue un avance después de tantas preguntas sin algo a cambio. Ery se veía feliz por recibir al fin una contestación y respondió a la vez.

–Es lógico que me preocupe por mi compañero de viaje, aparte no veo que seas una mala persona como dicen, me salvaste dos veces de una muerte segura, ninguna mala persona me hubiera ayudado, deberías tener mas confianza en los que te rodean… ¿Alguna vez tuviste algún amigo?

Esta pregunta lo dejo callado, parecía que la respuesta a eso era que nunca había tenido un amigo, o no en mucho tiempo…

- ¡la cena esta lista!, ¡Yumi!- dijo ella mientras el se encontraba en un estado de pensamiento profundo para evitar una respuesta forzada

Al hombre solo le extraño su cambio de actitud tan repentino y mejor decidió ir a ver la carne.

Los dos cenaron sin ninguna palabra y prefirieron tomar un pedazo de carne del gran jabalí, el sabor era muy bueno, Ery nunca había probado algo igual, no era muy común ya en Redria que la gente cazara su alimento para poder sobrevivir, ella le hizo saber lo bueno que estaba la comida con un gesto de satisfacción al consumir su cena de esa noche. Después de comer y satisfacer su apetito, los dos intentaron calentarse y protegerse del frío de aquella noche, mas la joven nunca había estado afuera de su casa por lo que no tuvo la precaución de llevar algo mas que su escotada ropa, por lo cual aun con el calor de la fogata no le era suficiente para reducir el frío que sentía en sus descubiertas piernas y brazos, temblaba de una forma friolenta, solo pensaba en su error de no haber traído una manta o algo contra climas similares a estos… mientras mas pensaba en ello su frío se incrementaba

- Diablos mis piernas se congelan, ¿porque no le pedí a mi mamá que me diera una de sus sabanas calientitas para el invierno?, que tonta soy…- pensaba cesantemente…

Mientras eso ocurría sintió como una tela algo áspera pero caliente la cubría por su espalda, sintió un gran alivio y se dio cuenta que eran las ropas algo desgastadas de su compañero de viaje, se volteó y vio por primera vez bien el rostro de un joven un poco mayor que ella, con un largo cabello cenizo, su ropa no era tan mala, tenia una camisa larga gris con un sayal púrpura largo, pantalón gris claro como el de la camisa, una gran capa color negro con interiores púrpura los cuales sentaban bien con la combinación; pero lo mas curioso, era una cinta del mismo color ya algo gastada en su frente. Por unos instantes no pudo dejar de verlo, la expresión de este era algo sería mientras la observaba, dio la vuelta y se dirigió a donde estaba sentado desde un principio, Ery se sentía feliz y solo dijo

- Muchas gracias- al decir esto lo dijo con una gran sonrisa

No hubo respuesta de el, esa noche el la paso contemplando el filo de su espada y pensando sobre muchas cosas.

Ya pasado el tiempo, en cuanto la luna alcanzó su punto mas alto, los dos se dispusieron a dormir bajo la noche del bosque Blakwood…

1 comentario:

Near dijo...

va MUY BIEN ESTA HISTORIA felizidades me encanta ^0^ ya quiero leer mas siguele siguele see ya..